Wikipedia nos dice que el significado de “alienación” es el siguiente:
La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo de su personalidad o deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona u organización. El alienado permanece dentro de sí, ensimismado por su desorientación social. Es un proceso que puede ser autoinducido.
La idea sobre la que quiero que reflexionemos en estas líneas va un poco por el camino de la identificación, de la consciencia.
Normalmente todos nos alienamos en el trabajo. ¿Cómo va a ser “uno mismo” un señor que mete fruta en un tanque para hacer yogourt? Durante el tiempo que está trabajando, evidentemente se pone en piloto automático y que pasen las horas.
Ahora bien, ¿nos ponemos en piloto automático en nuestras vidas?
Esa es una pregunta más difícil de contestar.
Cuando la gente expresa la famosa frase “hay que vivir la vida”, JODER, nadie le pregunta al susodicho “¿Pero cómo lo hago?”.
Te levantas por la mañana al son del despertador. Te desperezas y te duchas. Desayunas lo que toca, dependiendo de la dieta de cada uno, y te subes al coche. Sintonizas tu emisora de radio y emprendes un viaje hacia el puesto de trabajo. Una vez llegas, sueles seguir un ritual, como dejar la chaqueta, encender el ordenador, y prepararte un café. Y vienen por delante 9 horas de intenso trabajo (da igual a que te dediques, nunca serás “tú mismo” en el trabajo). Sales de trabajar, y te zambulles en las actividades que tienes estructuradas para “después de trabajar”, ya sea el gym, yoga, tomar una cerveza, o ir a ver a tu amante. Cuando las terminas llegas a casa, y cenas mientras ves el televisor. Atiendes tus necesidades cotidianas con tu pareja y/o familia, y comienza una progresiva ralentización del cuerpo, hasta que decides ir a la cama después de leer una parte de se buen libro en el que estás inmerso, o de ver tu programa de TV favorito.
Es de destacar que no todas las cotidianidades se parecen. Somos personas distintas, y cada uno tiene la suya propia. Pero hay algo inquietante en todo esto.
¿Cómo podemos distinguir si vivimos la vida cada día, o dejamos que pasen los días lo mejor posible? Hay quien dice que son cosas distintas. A mi este tema me crea confusión y me perturba. Frases célebres, grandes aventureros, osados filósofos, todos te dirán que hay mil maneras de “vivir la vida”. Y que la vida es tan sencilla como tú te la montes. O, evidentemente, tan complicada como quieras. Pero eso es lo de menos en este debate. Lo que está en cuestión es si, de la mimsa manera que nos alienamos en el trabajo, por cuestiones fundamentalmente ambientales, nos estamos alienando en la vida, por no saber efocar cuado es necesario, por discurrir cada día desenfocados.
La cuestión es: ¿Estamos aprovechando el privilegio de estar vivos?
lunes, 26 de octubre de 2009
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